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HALLUX VALGUS

También conocido como Juanete y consiste en la deformidad por crecimiento irregular del primer metatarsiano, hacia la línea media del cuerpo y desviación lateral del primer dedo (dedo gordo), ocasionando importantes consecuencias sobre la dinámica, estática, estética y función del pie.

El dolor ocasionado por el crecimiento del hueso se produce por la irritación de un complejo vásculo-nervioso que recorre la zona lateral del dedo gordo, así como por la alteración estructural y mecánica que conlleva la desviación de los huesos.

Su incidencia es muy alta, de predominio en el sexo femenino entre los 40 y 60 años de edad.

No puede ser atribuido a una sola causa, son multifactoriales: el uso de calzado inadecuado (tacón alto y punta estrecha), la hiperlaxitud articular o los factores genéticos, la anatomía que heredamos de los padres, las alteraciones biomecánicas en el apoyo, procesos inflamatorios fundamentalmente de tipo reumático (que afectan por lo general al resto de los dedos), algunas enfermedades neurológicas y lesiones traumáticas.

Por lo tanto, puede decirse que nunca la aparición de la deformidad de hallux valgus y su posterior progresión será la consecuencia de un solo factor etiológico, sino la presencia de uno o varios factores.

El objetivo de todo tratamiento propuesto para resolver el hallux valgus debe ir encaminado a eliminar:

1) el dolor y la inflamación;

2) la deformidad y el problema del calzado

3) la progresión del cuadro clínico.

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El tratamiento conservador implica el uso de un calzado más cómodo que no comprima el pie. En ocasiones, si el hallux valgus se acompaña de una alteración estructural del pie (plano, valgo, pronado…) será conveniente la utilización de una plantilla para estabilizar la arquitectura del pie y, de este modo tratar de evitar una rápida progresión de la deformidad; las ortesis separadoras de silicona o bien de otro material tienen poco resultado benéfico a largo plazo. En estos casos de tratamiento se ponen programas de ejercicios de reequilibrio muscular, se pueden dar antiinflamatorios y medios físicos locales.

Captura de pantalla 2015-06-07 a las 22.
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El tratamiento quirúrgico será de elección cuando la deformidad es muy evidente o el dolor impide una vida normal. El objetivo del tratamiento quirúrgico será la eliminación del crecimiento excesivo del hueso y la realineación de los segmentos óseos desviados (1º dedo y 1º metatarsiano). Mediante la técnica de Cirugía de Mínima Invasiva (MIS) podemos eliminar el hueso prominente y realinear los huesos con la finalidad que la deformidad desaparezca. El éxito reportado con ésta técnica es más del 89% de los casos.

La cirugía no requiere hospitalización, es de corta estancia, se realiza en un quirófano, con anestesia solo del pie, incisiones muy pequeñas de 3-4 mm y se hacen unos cortes con unas fresas especiales de 2.0 mm a nivel del hueso y tendón para corregir la deformidad. Se coloca un vendaje y un zapato especial durante 6 a 8 semanas. El paciente regresa a su domicilio al finalizar la intervención y acudirá a revisiones periódicas hasta el alta definitiva que oscilará entre 6, 8 o 12 semanas en función del paciente, el grado de deformidad y la evolución postquirúrgica.

Con está técnica, Cirugía Mínima Invasiva o también conocida como Percutánea, el dolor postoperatorio es mínimo o nulo, su deambulación es el mismo día de la cirugía, no hay fijación alguna con clavos o tornillos y su recuperación es mucho más rápida.

foto Mario Juanto.png
Teléfono celular y Whatsapp:  5561941246
Email: fernando.sancho.barroso@gmail.com
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